BCNK por Rafa Badía

Barcelona hoy es, para mí, la fusión entre las abreviaturas BCN – esas tres
letras de los stickers de equipaje aéreo que resumen la conversión de la capital
catalana en un parque temático turístico- y la última sigla del CMYK, los cuatro
colores de imprenta: Cyan, Magenta, Yellow, blacK.
En plena pandemia, con la mayoría de los negocios cerrados y la casi absoluta
deserción de turistas, el área metropolitana de Barcelona se erige como un
triste escenario. Frente a la actitud meditativa, cuando no cabizbaja de los
viandantes, la energía parece concentrarse en la publicidad, los logotipos o los
colores corporativos de los productos manufacturados.
Hoy la vista se fija sobre tonos que recuerdan épocas mejores. Ahí sigue el
azul del cielo y la banca-de-toda-la-vida, el rojo de la coca-cola o el amarillo y el
negro de los taxis. El verde de la esperanza es mas bien escaso: ni es un color
primario, ni en la ciudad abunda el césped en los parques y jardines.
Disparo mi cámara confiado al poder de los colores saturados. Ya en el límite
del vértigo tonal me impongo la tarea de la desintoxicación cromática: de ahora
en adelante me concentraré en la K y su reverso. Sí, haré acto de enmienda
confiándome a la dicotomía blanco/negro, a la sutilidad de la escala de grises.
Quizás no todo está perdido.

Rafa Badia es fotógrafo, editor gráfico y profesor de fotografía. Desde 1995
desarrolla “En Barcelona” un proyecto de fotografía urbana en color sobre la
capital catalana.
www.rafabadia.net