Vivo en un lugar extraño, si lo miras desde arriba puedes ver un triángulo, un triángulo delimitado por carreteras, por fronteras.
Es un lugar pensado por y para los coches, yo no he elegido vivir aquí realmente, me ha tocado vivir aquí. Mi casa es mi campamento base, toda mi vida la desarrollo fuera de aquí, me voy en coche y vuelvo en coche, aparco en aparcamiento privado, no me mezclo, no cuestiono, simplemente voy y vengo.
¿Qué sucede cuándo paras, respiras y piensas? ¿Dónde vivo? ¿Qué lugar es esté? ¿Hay más gente como yo? Es un barrio extraño en un lugar extraño. Es un no barrio, no tiene nada de lo que se espera de un barrio, no hay vida en las calles, salir a caminar es prácticamente imposible, nos aíslan tres grandes carreteras, ni siquiera tiene nombre, es una isla en un municipio.
Decido hacer un experimento, hacer mi vida en este no barrio, tan cotidiano como desconocido para mí. Es un proceso de adaptación, vivir en este extraño lugar, conocer a los vecinos, sus paisajes y sus límites. Un proceso en el que paso de ignorar un espacio cotidiano a convertirlo en algo en especial y extraordinario.