“Beniork. Analogía de un paquete de tabaco” es una mirada personal a la ciudad mediterránea, situada en la costa este de España, uno de los mayores experimentos sociológicos, urbanísticos y publicitarios de la historia del país. Hace dos años, un comité de expertos liderados por el sociólogo Mario Gaviria planteó la posible candidatura para que Benidorm pudiera ser considerada como Ciudad Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Con una población censada de unos 70.000 habitantes, Benidorm acoje durante el año a más de 6 millones de visitantes españoles y extranjeros. Esto la convierte en la ciudad del mundo con mayor número de rascacielos por habitante, sólo superada por Manhattan, lo que ha provocado se le conozca cariñosamente como la “manhattan del Mediterráneo” o “Beniyork”.
Benidorm ha explotado su modelo turístico desde que hace 60 años, en 1957, se aprobará el Plan General de Ordenación, que aprobada las bases de ordenación urbanística. Este plan pronto sufrió modificaciones parciales que desembocaron en la reforma radical de 1963, que generalizó la construcción de bloques abiertos donde 1956 se preveía la construcción de chalés.
La ciudad, tal y como la conocemos hoy, fue creada a partir de los principios marcados por Le Corbussier como ejemplo de ciudad ideal, una ciudad de rascacielos con espacios libres ajardinados. El sociólogo Henri Lefebvre llegó a considerarla “la ciudad más habitable del mundo”, después de la II Guerra Mundial. Su modelo de construcción vertical, orientado al sur, ha provocado que sea reconocida como una de las ciudades más sostenibles en términos medioambientales y también sociológicos ya que cumple con los principios de igualitarismo social que señalaba el manifiesto urbanístico Carla Atenas.
El proyecto se basa en la relación de la ciudad de Benidorm con sus habitantes, usando la fotografía vertical de la misma manera que un arquitecto señaló, rotando un paquete de tabacos, cómo un edificio ocupa el mismo volumen construido horizontal o verticalmente. Esta leyenda marca el inicio del modelo de construcción vertical de Benidorm y me permite combinar en las imágenes la arquitectura de la ciudad, con sus calles.
El desarrollo urbanístico de Benidorm no deja indiferente a nadie y siempre se han escuchado voces contrarias que entienden que se trata de urbanismo voraz que ha destrozado el paisaje de la costa. Pero también existen otras muchas voces que ven en la ordenación urbana de Benidorm una forma de desarrollo eficaz, dando solución a la gran demanda de alojamiento con menor ocupación del espacio.
En contraposición con la ciudad dispersa, construidas por zonas de viviendas, centros comerciales, colegios, etc, que se han ido conexionando y que van ocupando el territorio de forma extensiva e insdiscriminada, arruinando recursos naturales, se encuentra la ciudad compacta, que es la que tiene una estructura y trama urbana que se ha desarrollado de forma continua y densa. Este tipo de ciudad se asocia, en muchos casos y de forma simplista, a ciudad construida con edificios altos.
Amado y odiado, un modelo a seguir o un modelo a evitar, diversión o masificación. Para bien o para mal no existe casi nadie en España que no tenga una opinión sobre benidorm, y en ella no caben matices.